Hasta alli llevamos, el mejor producto de León, Botillo y pimientos de Fresno de la Vega. http://youtu.be/opJqlB210vk
Hasta alli llevamos, el mejor producto de León, Botillo y pimientos de Fresno de la Vega. http://youtu.be/opJqlB210vk
http://pasean2.com/2012/01/16/cocinandos-leon/
Al encontrarse en Léon, la tierra de J, fuimos posponiendo nuestra visita a ‘Cocinandos’ por aquéllo de ‘podemos ir en cualquier momento’. Si algo nos llamaba la atención, además de estar ubicado en la ciudad del Bernesga y ser el único de la provincia distinguido con una estrella Michelin, era el nombre. Ellos dos cocinan y nosotros, paseamos.
Calidad, buen servicio y éxito podrían resumir la propuesta de Juanjo Pérez y Yolanda León, que se conocieron trabajando en ‘Arzak’. Maticemos además que esta propuesta fue realmente arriesgada, más tratándose de una ciudad pequeña, ya que en su restaurante no existe carta, sino un menú degustación que consta de seis platos: aperitivo, sopa, entrante, pescado, carne y postre, y que varía cada semana. ¿El factor común de todos ellos? Productos autóctonos y de temporada cocinados con mucha creatividad, pero sin estridencias.
El trato, elegante aunque cercano, ayuda a disfrutar todavía más con las oportunas explicaciones sobre la elaboración de cada plato. La labor de Yolanda, pendiente de cada una de las mesas en todo momento, es imprescindible.
Nuestro menú, que hacía nada menos que el número 326 -calculad los que llevan creados- empezó con un imaginativo Aperitivo de crema caliente de morcilla con pan de gambas frito en aceite de oliva.
El primero, Patata violeta con botillo y berza, con la contundencia del guiso leonés más conocido y la suavidad del tubérculo, nos resultó de lo más delicioso.
En este año de paseos gastronómicos he de confesar que el siguiente plato es uno de los que más me ha sorprendido por su originalidad y frescura, Todos los ingredientes de una empanada de maíz y sardinillas, pero en sopa. Efectivamente, una sabrosa sopa con auténtico sabor a empanada que se sirve en dos tiempos.
Seguimos con Huevo a baja temperatura, setas frescas salteadas, jamón ibérico, picatostes y espuma de perejil, un plato completo y con una presentación preciosa.
El Bacalao con guiso de hongos y garbanzos de pico pardal con su jugo, fue uno de los más aplaudidos por la increíble textura del pescado. Perfecta combinación de técnica y equilibrio.
Taco de chuleta de vacuno a la parrilla con un arroz ligado de lengua curada y pimientos asados, fue el plato de carne que probamos. Jugosa y tierna con el toque de una agradable guarnición, nada común.
Para terminar el vino -como me explicó Yolanda por e-mail- nos sirvieron unos Bombones de queso de oveja con gelatina de tomate, espectaculares y muy divertidos.
Para terminar este perfecto menú ¿qué tal Tierras de té Matcha, bizcocho fluido de avellana y helado de jengibre? Para una persona nada golosa como yo se trata del mejor colofón final, ya que no es uno de los postres empalagosos a los que estamos acostumbrados.
Pero aunque no soy golosa, tengo debilidad por las gominolas, así que me encantó el mignardise que acompañó el café, Gominola de naranja y una nube de fresas rebozada en azúcar de frutos rojos.
Para esta inolvidable comida elegimos un blanco, elaborado con uva Albarín, D. O. Tierra de León de Bodegas Marcos Miñambres, ubicada en Villamañán. Perfecto. La amplia carta de bebidas, con predominio de caldos de la tierra, se maneja desde un iPad, algo que ya habíamos visto anteriormente en el neoyorquino ‘Per Se‘ y el bilbaíno ‘Etxanobe’, y que nos encanta. La botella de agua francesa Evian, preciosa.
¿Queréis saber lo mejor de ‘Cocinandos’? Pues el precio de su menú. ¡38 euros! Sí, habéis leído bien. Ya quisiéramos comer así de bien en Madrid o Barcelona por ese cantidad. Sin ninguna duda, la mejor relación calidad-precio que hemos probado nunca. Un sitio 100% recomendable y único en León. Volveremos una y otra vez.
http://thegourmetjournal.com/noticias/entrevista-a-juanjo-perez-restaurante-cocinandos-1michelin/
Cocinandos es un restaurante gastronómico pequeño, funcional, vanguardista en que los fogones funcionan a cuatro manos, la de la pareja Juanjo y Yolanda. Es una mezcla de sofisticación y rusticidad, con un toque minimalista tanto en lo culinario como en la decoración, donde incluso los uniformes o el diseño gráfico, evidencian un sentimiento estético difícil de definir, entre monástico y poético, con cierta inspiración japonesa.
Fue en septiembre de 2003, cuando después de un largo bagaje por distintas Escuelas de Hostelería y por algunos de los mejores restaurantes de España, Yolanda León y Juanjo Pérez se deciden a abrir su propio y particular restaurante. Una de las experiencias más duras, porque tenían que gestionar, dirigir, cocinar y cuantas cosas más que conlleva abrir un negocio de este tipo.
Desarrollaron una apuesta arriesgada para una ciudad como León con una cultura gastronómica muy arraigada. A su local minimalista con la cocina en el centro del comedor y a la vista se le añadía una oferta gastronómica un tanto “radical” ya que no tienen carta, solo un menú degustación que varía con los productos de temporada que van apareciendo en el mercado diariamente, garantizando de esta forma la máxima frescura en sus preparaciones.
Su cocina puede calificarse como una cocina de producto, aportando su propia visión y respetando los sabores y la tradición porque es imposible la modernidad sin una buena tradición.
Nos adentramos en su cocina y conocemos a estos dos grandes cocineros, ¡acompáñenos!
– ¿En qué se basa su cocina?
Nuestra cocina es equilibrio entre el producto autóctono de calidad a un precio inmejorable, con unas técnicas y definiciones modernas.
– ¿Cuáles son los principales productos de la zona de León?
Los principales y mas conocidos, son los embutidos un grado de pimentón y ahumado importante, carnes y desde siempre por la ubicación de nuestra provincia el bacalao y salazones.
– ¿Cuál es el ingrediente más importante en su cocina? ¿Por qué?
Los fondos y caldos. Cada plato lleva su propia preparación de jugo.
– ¿Qué es lo que más valora de un plato?
La transparencia en el sabor de un producto.
– ¿Con qué plato sorprendería, o su plato estrella?
No existe un plato estrella (sonríe).
– ¿Por qué Cocinandos no tiene carta en su restaurante?
Porque con un solo menú podemos conseguir que un cliente pueda hacerse a la idea de cual es el sentido de nuestra cocina. Con la carta hay riesgo de equivocación y falta de entendimiento, y esto sería fatal porque el cliente se marcharía con una falsa imagen de lo que queremos transmitir.
– Me surge curiosidad sobre el Menú Degustación de esta semana, ¿en qué consiste?
Espuma cremosa y crujiente de chorizo
Croqueta de botillo con berza
Mollejas de ternera, espárragos de Tudela y guisantes
Bacalao, arroz, cebolla y piñones
Merluza, carabineros y garbanzos pico pardal
Lechazo (I.G.P.) y mini verduras.
Nuestro mini queso de leche curada de oveja con gominola de tomate
Torrija fría y caliente
Nuestro menú siempre se compone de un snack, un aperitivo, una sopa, una ensalada, pescado, carne, postre y unos petit para el café. Es un menú potente ya que estamos en una tierra de frío y fondo.
– ¿Más de 333 menús semanales?
1 menú a la semana, ahora estamos en el numero 333.
– ¿Podríamos considerar la cocina de Cocinandos, tradicional de la tierra pero con toque vanguardista?
Si, hacemos una cocina con los sabores de aquí, preferiblemente con producto de la zona y puesta al día.
En su restaurante podemos disfrutar de una cocina absolutamente moderna, pero que toma como punto de partida el sabor tradicional
– ¿Qué le sorprende más del mundo de la gastronomía?
Cada día es una sorpresa, nunca sabrás lo suficiente de esto, es un gremio de renovación diaria.
– ¿Cuáles son las inquietudes que tiene Yolanda y Juanjo para este 2012?
La principal es la de ver salir a nuestros cliente contentos y satisfechos, lo demás es secundario.
– ¿Cómo ve el futuro de la Cocina Leonesa?
Hay una cantera buena que se esta meneando con ganas, creo que trabajando duro podremos conseguir que León sea un destino gastronómico de lujo. Pero hay mucho que recorrer.♦
Había estado en Cocinandos hace algo más de año y medio. Ya entonces la sensación general que me había dejado el restaurante era muy buena: una propuesta de dimensiones asumibles que les permite a sus creadores, Yolanda y Juanjo, plantearse el trabajo sin las ataduras de una sala enorme, de unos menús kilométricos o de un equipo mastodóntico. La filosofía del restaurante parece ser otra, más discreta, sin artificio, de dimensiones casi diría que de andar por casa.. Pero detrás te encuentras con un restaurante de menú único que cambia semanalmente, con gente con una formación sólida en algunas de las cocinas más importantes de España (Arzak, Echaurren, Casa Marcelo…), con un equipo atento pero discreto y, en definitiva, con una propuesta que ha sabido hacerse un hueco en León y en general en el panorama gastronómico, hasta haber conseguido el pasado mes de noviembre su primera estrella en la guía Michelin.
Tenía mis dudas, creo que lógicas, de cómo ese cambio con la exposición mediática, el incremento en el número de comensales y demás podría haber afectado al restaurante. Pero para mi sorpresa -y para mi alegría- todo sigue en su sitio. Mientras espero, me traen a la mesa el aperitivo, una aceituna rellena de crema de bonito con cebolleta. Me ofrecen acompañar el menú con la selección de vinos ya cerrada que tienen en carta. Acepto. El primer plato, un guiño a la cocina lúdica, al impacto visual inicial, que se viste de lo que no es (eso que a veces llaman play food), es una cuajada de bacalao, dado de pimientos asados y aceituna negra. La cuajada, que recuerda a una brandada aunque con una consistencia más sólida (más “cuajada”. Obviamente) se sirve en un tarro de cristal de los de las cuajadas de supermercado. Encima, un cubo de pimientos asados con polvo de aceituna negra. Bacalao, pimientos, aceitunas… éxito asegurado. Un comienzo muy agradable. La sopa de rape, azafrán y pan de gambas me encanta. Ya me había pasado la vez anterior con una sopa de pulpo. Se ve que tienen mano para las sopas de productos del mar. En este caso el rape se sirve como ravioli en un caldo aromatizado con azafrán. Sobre los ravioli, un trozo de pan instantaneo (con la técnica del pan de sifón y microondas de El Bulli) de gambas y, sobre éste, unas huevas de pez volador al wasabi. Buenísimo. La carne consistente del pescado, la miga aromática de pan, la pequeña explosión de sabor a mar de las huevas envuelta en el picante inconfundible del wasabi. Y todo arropado por el caldo. ¿Por qué no se sirven más sopas en restaurantes de este tipo?
Hasta aquí acompañamos con un Antonio Barbadillo (D.O. Cádiz) El huevo escalfado con patatas confitadas, perretxicos salteados y su espuma juega con el predominio del sabor de esta seta primaveral (también llamada seta de San Jorge) y las sensaciones untuosas: la yema, la espuma en medio de la cual te encuentras los tropezones de seta apenas salteados… Y todo se potencia con un jugo de pollo asado y soja. No fue el plato que más me gustó del menú, pero no está nada mal. Más en mi linea estaba el estupendo salmonete asado y arroz ligado de espárragos naturales blancos y trigueros. De nuevo el producto de temporada (los espárragos) y, en este caso, un guiño a la zona con la cecina que aromatiza el arroz, perfecto de cocción. Muy bueno el contrapunto de la elegancia de la carne del pescado con la potencia del arroz. Me gustó mucho.
Estos dos platos los sirven con un Molendores de Villacezán, un rosado D.O. Tierra de León.
La parte principal del menú concluye con la carrillera de cerdo ibérico asada al vacío, esponjoso de maiz y lentejas con foie de pato, plato contundente y de sabores potentes, pero muy sabroso. Una carrillera que era pura mantequilla acompañada de un estofado de lentejas y foie y todo acompañado por un bizcocho suave de harina de maiz. No es precisamente un plato dietético, pero estaba realmente bueno.
Con la carne me sirven un López Cristobal (D.O. Ribera del Duero) Antes del postre, una tabla de quesos castellano-leoneses. Queso de Burgos, zamorano (de leche pasteurizada y otro de leche cruda que me gustó especialmente), de Valdeón… y así hasta siete. Como postre, fresas marinadas, su esponja, pimienta verde y helado de leche. Unas fresas marinadas en un jugo que se reaprovecha para elaborar la esponja. Se acompañan con un helado de leche y unos dados de pimienta verde gelatinizada que ponen el contrapunto potente en este postre refrescante.
El postre se sirve con un Val de Reyes, un Vino de la Tierra de Castilla y León elaborado en la zona de Toro con uva moscatel. Con el café, como petit-four, todavía pude probar un dulce en el que trabajan, un “sushi” de chocolate y arroz con leche.
¿La sensación global? Excelente. No soy partidario de valorar las cosas en abstracto, sino en su contexto. Y su contexto es el de su ámbito territorial más próximo, una ciudad de medio tamaño, y el de unos precios contenidos. Con eso en la cabeza tengo la sensación de que la cocina de Yolanda y Juanjo es posibilista -en la mejor acepción del término- es consciente de que tiene que hacerse un hueco y no puede disparar los precios, así que juega en donde ese condicionante le marca. Es una cocina que, con eso en mente, es capaz de proponer menús que están cambiando permanentemente, con guiños técnicos (ese pan “a la Adrià”, por ejemplo), referencias al producto autóctono. Y con todo ello elaboran una propuesta sólida de cocina propia que a mi, personalmente, me parece que tiene los pies muy en la tierra y no vende humo. Y por si eso fuera poco, son un encanto de gente.
Me da la sensación de que el equipo de cocina ha crecido desde mi visita anterior. Por lo demás, los precios se han incrementado (en dos años y con lo de la estrella por el medio) en dos euros, lo que me parece otro signo evidente de que están comprometidos con una cocina asumible. El precio actual del menú es de 36€ IVA incluído y la selección de 4 vinos se ofrece a 14. La relación calidad/precio me parece óptima. Recuerda lo que pagaste la última vez que paraste en un restaurante de carretera insulso y compara.
Por aquí por el Noroeste de la Península tenemos la suerte de tener unos cuantos buenos restaurantes, pero nunca sobran propuestas como la de Cocinandos que vengan a sumarse sin falsas apariencias, sin intentar deslumbrar gratuitamente y con una forma de entender el negocio realmente de agradecer. Vale